Horizontes que transforman: el encuentro entre filosofía, fe y misión en África
Resumen
La misión en Mashuru, Kenia, fue un verdadero proceso de inserción cultural, de contacto con otra cosmovisión y de encuentro con la riqueza humana y espiritual de los pueblos masáis. Allí descubrimos que la fe no borra las tradiciones, sino que las ilumina y las lleva a plenitud. Cada espacio visitado las escuelas, las celebraciones litúrgicas, las casas o jumonias fue una oportunidad para reconocer que la cultura no es una teoría abstracta, sino un modo concreto de narrar la vida y de responder al misterio de la existencia. En este sentido, la misión se convirtió en un espacio de diálogo fecundo: no de imposición, sino de encuentro, donde la Buena Noticia de Cristo se encontró con las semillas del Verbo ya presentes en los pueblos, “la cultura es ese conjunto de signos en que una comunidad se reconoce y reconoce a los demás, es el ámbito simbólico en el que el ser humano se narra a sí mismo” (Ricoeur, 2003). En Mashuru, esa narración cultural se hizo visible en los cantos, en la música, en los colores de la vestimenta, en la educación, en la espiritualidad compartida y, sobre todo, en la hospitalidad de una comunidad que refleja que, en la diversidad de expresiones, late un mismo anhelo de verdad y trascendencia.