Jóvenes con corazones pornificados
Una nueva forma de violación afectiva
Resumen
Una afirmación triste que podríamos hacer hoy es que la pornografía forma parte de nuestras vidas, directa o indirectamente, y, lo que es peor, forma parte de las vidas de nuestros hijos e hijas. Además, se beneficia del motor de las “4-A”, es decir de su Accesibilidad (es fácil obtenerla), Anonimato (cualquiera puede consumirlo independientemente de su edad y circunstancia), Asequibilidad (no es caro, al menos su consumo inicial) y la Aceptabilidad (goza de bastante aceptación social, al menos entre los jóvenes, quienes no son conscientes de los perjuicios que produce).
Los estudios muestran que la primera exposición a la pornografía se sitúa en términos medios a los 11 años. Cada segundo, 30,000 personas están viendo pornografía. Más de la mitad de los jóvenes de 13 a 24 años busca pornografía al menos una vez por semana. Realmente hay motivos para la reflexión y la preocupación.